¿Qué es una hernia?
Hernia, que en latín significa fractura, se refiere a una rotura del núcleo externo del disco intervertebral. Esto provoca que el núcleo interno, que es de consistencia más blanda, se desplace hacia afuera y al tocar el nervio, provoque dolor. Hace unos años, el 70% de las hernias se trataban con cirugía. Hoy en día, recientes investigaciones demuestran que llevar a cabo un tratamiento de tipo más conservador, como las movilizaciones realizadas por la Terapia Manual de la Escuela de Utrecht, resulta mucho más efectivo a corto y largo plazo.
Hoy en día, la única razón para operar es cuando no puedes mantener una postura durante más de 5 minutos sin que el dolor sea insoportable.
Mejorar la postura
La mala postura es normalmente lo que provoca el desarrollo de las hernias. Determinadas posiciones de la espalda fuerzan la flexión de la vértebra y generan demasiado estrés en el disco intervertebral. Esta situación puede prolongarse durante años hasta que el núcleo pulposo llega a tocar el nervio. En este sentido, antes de que esto ocurra, la terapia de ejercicios puede resultar de gran ayuda, para restablecer el equilibrio en la espalda y prevenir la aparición del dolor.
Terapia Manual
No todas las técnicas de terapia manual resultan efectivas para tratar las hernias. Por ejemplo, las movilizaciones de alta velocidad, a menudo provocan más dolor. Las movilizaciones suaves, en las que se mece al paciente adelante y atrás para reforzar los tendones de la columna vertebral, son efectivas y no provocan daño.
Las formas suaves de terapia manual, sin “crujidos”, son una alternativa muy buena para el tratamiento de los discos herniados. Normalmente, tras dos sesiones, hay una gran mejora tanto en la reducción del dolor como en el aumento de movilidad.
La combinación entre ejercicios y terapia manual resulta muy indicada para el tratamiento de las hernias. Se realizan manipulaciones suaves y se practican una serie de ejercicios específicos para ayudar a que la espalda recupere su equilibrio.